Juan Ragel Jiménez, un autor olvidado del Carnaval de Cádiz

Publicación donde Zilbermann indica las agrupaciones de Juan Ragel

Publicación donde Zilbermann indica las agrupaciones de Juan Ragel

Chirigota 'Los viejos matatías', de 1935, escrita por Juan Ragel

Chirigota ‘Los viejos matatías’, de 1935, escrita por Juan Ragel

En 1984 la extinta Caja de Ahorros de Jerez publicaba la más extensa colección de vinilos con pasodobles, tangos y cuplés del Carnaval de Cádiz. Cuatro discos fueron grabados por el coro dirigido por Joaquín Fernández Garaboa “El Quini”, “Raíces” y una chirigota con el grupo “Recuerdos de antaño”. La caja se acompañaba de un libro donde Marcos Zilbermann relataba una introducción sobre nuestro Carnaval, así como se acompañaba de un anexo de autores y directores de la fiesta entre 1884 y 1975. Ha sido casi la única vez que una publicación ha hecho mención a Juan Ragel. Quizás su carrera carnavalesca fue muy breve, sin embargo el contenido de sus coplas así como su asesinato en manos de los golpistas del 18 de julio de 1936, nos hacen creer que merezca un reconocimiento como persona y comparsista.

Nacido en Cádiz en 1909 era el mayor de cuatro hermanos: Rosario, Antonio y José Luis. Contrajo matrimonio con María Pacheco Robles y vivían en la calle Patrocinio nº6. No sabemos si su interés por el carnaval venía de familia pero entendemos que al menos, en su día a día, estaba rodeado de aficionados y comparsistas. Por ejemplo, su cuñado Cecilio Gómez Guerra formó parte en multitud de agrupaciones antes de la Guerra Civil e incluso en la década de los años 50. Con la aparición de las Fiestas Típicas Cecilio salió en afamadas chirigotas, muchas de ellas dirigidas por José Quintana: “Los coquineros” (1951), “Los monosabios” (1952), “Los arrieros” (1953), “Los charros mexicanos” (1954), etc.Juan fue un hombre culto para su época, sabía leer y escribir, y suponemos que sus inquietudes políticas le llevaron a comenzar a escribir en la fiesta. Durante los carnavales republicanos fue un autor muy fiel con la cita festiva. Conocemos coros y chirigotas suyas datadas entre 1933 y 1936. Cuatro años en los que pudo saborear cierto éxito puesto que sus dos coros fueron galardonados con un tercer premio: nos referimos a “Los fakires indios” (1933) y “Los caballeros del siglo XVI” (1934)[1]. Incluso una de sus chirigotas, “Los excéntricos” (1936), dos décadas después recibiría una especie de homenaje por parte de compañeros comparsistas cuando en 1955 aparecen en las calles de Cádiz “Los excéntricos sepepes”. Acompañado en un par de ocasiones por el músico Eduardo Martínez Trujillo “Pepinacas” y una por José Poce Gómez “Cojo Poce”, sus letras siempre estuvieron a la vanguardia de los ideales progresistas. Completaron su breve historial carnavalesco las chirigotas “Los nuevos laceros” (1934) y “Los viejos matatías” (1935).

Mostramos a continuación una de sus coplas que nos puede hacer vislumbrar la mayor característica de sus letras: la reivindicación obrera y el compromiso social. En ella aboga por la unión de todos los obreros, entendemos de distintos partidos y sindicatos, única solución según Ragel, de cara a conseguir mejoras para la clase proletaria. Posición, por cierto, que abanderaron en Cádiz sindicalistas y políticos de izquierda de distintos signo antes del estallido de la Guerra Civil:

Humilde y francemente

quiere exponerle

a la clase proletaria

en el concepto que me merece.

Los reconozco a todos sin distinción

considero como hermano

a todo trabajador.

Nunca llegué a comprender

que haya tanta tiranía

con quien tendré que luchar

a su lado cualquier día.

No ve noble compañero

que se avecina

matando a tu hermano

es tu ruina

y así nunca será nada el trabajador

sufriendo siempre el castigo

de la pena y la humillación.

Sólo podrás librarte

de esta cadena cruel,

haciéndole a tus verdugos

tus derechos comprender,

se constituye la fuerza

por medio de toda unión,

que es la base del que vive

tan sólo de suceder.

Si lo haces así

puede vivir tranquilo

y asegurar

un porvenir a tus hijos

y no tendrá que ocultar

y morir si es preciso

por tu ideal[2].

Y es que no deja de ser significativo, e incluso causal, que esta copla se escribiera a finales de 1933 o inicios de 1934. En aquel otoño de 1933 el destacado sindicalista de CNT, Vicente Ballester Tinoco, comenzaba a promulgar en la prensa la necesidad de la unidad de los políticos progresistas tras la derrota electoral en el mes de noviembre. Una posición que en Cádiz iría ganando adictos dando comienzo a una constante polémica entre partidarios y detractores por la unidad de acción entre anarquistas y socialistas que se consumó en el popular abrazo entre Vicente Ballester y Largo Caballero en el mitin de la Plaza de Toros de Cádiz el 24 de mayo de 1936.

En otras coplas relató los sucesos de Casas Viejas -a la vez que criticaba la actuación de la prensa gubernamental[3]-, narró la celebración del centenario del nacimiento de Emilio Castelar -mientras que criticaba el papel pasivo del político republicano con su ciudad natal durante su estancia en el gobierno de la nación-, o escribió “danzas” que hubieran podido servir como himnos a la clase obrera.

Su vida carnavalesca se rompe bruscamente a raíz, como decíamos, del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 que desembocó en la Guerra Civil. Desconocemos que papel jugó Ragel Jiménez en el plano político o sindical, si es que lo tuvo, así como durante el golpe de Estado. La cuestión es que Juan Ragel fue detenido e ingresado en la prisión provincial el 31 de octubre. Su estancia no fue breve. Lo sacarían de la Cárcel Real el 31 de diciembre con dirección al Penal de El Puerto de Santa María. A partir d eese momento le perdemos la pista. Seguramente sería asesinado en el trayecto. Llegamos a esta conclusión porque no encontramos la inscripción de su enterramiento en el Cementerio de San José de Cádiz y además en el padrón de 1935 encontramos una nota posterior donde se indica “fallecido” en 1936 y junto al nombre de su esposa, María Pacheco Robles, “viuda”. Los restos de Juan Ragel Jiménez, a día de hoy, siguen en paradero desconocido.

Archivos.

- Archivo Histórico Municipal de Cádiz.

- Biblioteca de Temas Gaditanos.

Bibliografía.

- DOMINGUEZ PEREZ, Alicia. El verano que trajo un largo invierno. Quorum. Cádiz, 2005.

- GUTIERREZ MOLINA, José Luis. Se nace hombre libre. La obra literaria de Vicente Ballester. Diputación de Cádiz. Cádiz, 1998.

- MIRALLES de IMPERIAL, Fernando y OSUNA GARCIA, Javier. Historia Gráfica del Carnaval de Cádiz. Años 1950-1959. Tomo I. Diario de Cádiz, Cádiz, 2004.

- VILLANUEVA IRADI, Miguel. El Carnaval de Cádiz durante la 2ª República Española (1931-1936). Ensayo sobre un Carnaval prohibido. Fundación Vipren, Cádiz, 2007.

- ZILBERMANN MORALES, Marcos (Coord.). Antología del Carnaval de Cádiz (1884-1975). Caja de Ahorros de Jerez. Jerez, 1984.

Libretos.

- MARTINEZ, Eduardo y RAGEL, Juan. Los fakires. Primera Parte. Cádiz, 1933.

- MARTINEZ, Eduardo y RAGEL, Juan. Los caballeros del siglo XVI. Cádiz, 1934.


 

[1] También conocidos como “Los Pajes del siglo XIV”.

[2] MARTINEZ, E. y RAGEL, J. Los caballeros del siglo XVI. Cádiz, 1934. s/p.

[3] Esta copla parece ser que fue escrita junto a Manuel Braga Mendoza, otro comparsista muy desconocido que colaboraba con Ragel. En BIBLIOTECA DE TEMAS GADITANOS, sección Carnaval.

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2 Responsuestas para Juan Ragel Jiménez, un autor olvidado del Carnaval de Cádiz

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    Javier Osuna 25 noviembre, 2013 el 8:16 #

    Precioso reconocimiento. Se hace corto, sobrino. Un abrazo.

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    Santiago Moreno 25 noviembre, 2013 el 12:01 #

    Gracias tito. Espero que pronto salga a la luz el resto del trabajo. Un abrazo.

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