Anticlericalismo y Carnaval: La estatua de Silos Moreno (I)

La estatua de Fray Domingo de Silos en la actualidad

En los primeros momentos del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 las fuerzas vivas de la ciudad recolocaron, en su ubicación original, la estatua de Fray Domingo de Silos Moreno. Es decir en el centro de la Plaza de la Catedral. Semanas antes la alcaldía republicana había aprobado su derribo y posterior fundición. Hecho, este último, que no llegó a ejecutarse. Así, el acto de reposición se llevó a cabo con toda la pompa nacionalcatolicista del momento. Fue el día 30 de agosto de 1936. Sin embargo, ¿cómo se llegó a esta situación? ¿Y que opinión tuvo al respecto el pueblo de Cádiz a través de sus coplas de carnaval?

* * *

Había fallecido Fray Domingo de Silos Moreno[1], siendo Obispo de Cádiz, en 1853. Riojano de nacimiento, este monje benedictino, fue nombrado por Fernando VII como regidor de la silla episcopal gaditana en 1825. Ha quedado para la Historia que su mayor obsesión fue la finalización de la Catedral de Cádiz. De hecho, el óleo que le hizo su amigo, el pintor Javier de Urrutia, lo retrataba junto a un dibujo del templo en plena construcción.

Retrato de Silos Moreno por Urrutia

El pintor Urrutia era además Consejero de la Academia de Bellas Artes de Cádiz, Caballero de la Real Orden de Carlos III y miembro destacado del Partido Moderado. A través del mismo fue nombrado alcalde de Cádiz entre 1843 y 1847. Podemos destacar entre las medidas tomadas durante sus gobiernos municipales el hecho de aprobar el control sanitario de las prostitutas[2]. Incluso, parece ser que en estos años, el propio Urrutia, le había ofrecido a Fray Domingo de Silos la idea de mandar construir una estatua en su honor lo cual el obispo, finalmente, rechazó.

Sin embargo fue durante la segunda etapa de Urrutia al frente de la alcaldía –1854-, cuando, una vez fallecido el obispo, formalizó un concurso de artistas para el pedestal[3] de la escultura a Fray Domingo de Silos Moreno. Un año antes los círculos conservadores, a los que pertenecía, y también tras el fallecimiento del obispo, habían organizado un concurso para elegir una escultura. A través del mismo se eligió el proyecto presentado del sevillano Leoncio Baglieto.

A su vez, el pedestal que salió ganador fue el presentado por José María Avrial, profesor de perspectiva y paisaje y miembro de la Academia de San Fernando. Ideado para instalarse delante de la puerta de la Catedral el proyecto estaba inspirado en el Renacimiento, como bien ponen de relieve otras construcciones del Cádiz de mediados del sigo XIX.

Proyecto de pedestal a cargo de José María Avrial

Empero este grandilocuente diseño, según parece, no llegaría a materializarse. La inscripción que se conserva a los pies de la escultura indica que dos años después, en 1856, quedó inaugurado el monumento. Sin embargo los documentos consultados señalan que al sencillo pedestal tan sólo le rodeaba una verja de hierro. Seña superviviente quizás del proyecto inicial de Avrial.

El pueblo de Cádiz, y los comparsistas en particular, pondrían pronto su mirada en dicha escultura. Antonio Rodríguez Martínez “El Tio de la Tiza” escribiría para una de sus primeras comparsas un tango corto que nos habla de la reforma de la Plaza de la Catedral a finales del siglo XIX. Nos referimos al tango de ´Los viejos cooperativos´ que dice así:

Plaza de la Catedral

es un verdadero encanto

porque se asemeja mucho

a Melilla con su campo;

Tiene su Zoco y Mezquita

infinidad de palmeras

y con el tiempo tendrá

catorce o quince chumberas.

Empezando a florecer

sus cuatro jardines bellos

imitando a Cabrerizas

Rostro Gordo y Dos Camellos.

Y para más semejanza

debían de colocar

en vez de Silos Moreno

a Maimón Mojatar[4].

La plaza de la Catedral tras la reforma de 1893. Foto: Mdc

http://musicatono.com/escuchar/1889-los-viejos-cooperativos-plaza-de-la-catedral-1889-los-viejos-cooperativos/ed15f28

´Los viejos cooperativos´ salieron por las calles de Cádiz durante varios años entre 1887 y 1898. Parece ser que la reforma de la Catedral, en estos años, finaliza en 1893 desapareciendo así la afamada verja de hierro que la rodeaba[5]. Lo que hará “El Tio de la Tiza” en este afamado tango[6] es describirnos como va quedando la Plaza conforme avanza la remodelación. Así nos habla de multitud de palmeras, los bares de la zona –llamados Zoco y Mezquita[7]-, pero también ofrece, en su comparación con Melilla, una serie de datos que nos dan que pensar que la copla se encuadra durante una de las guerras del norte de Africa y más concretamente la conocida como Guerra de Margallo. Sucedida entre 1893 y 1894 valió para que España ganara influencia en los terrenos colindantes con Melilla. Así, “El Tio de la Tiza” cita a Cabrerizas y Rostro Gordo, fortificaciones del entorno de la ciudad que, durante la lucha, les fueron arrebatadas a los españoles por los indígenas. Remata el tango indicando que no vuelvan a colocar a Silos Moreno, sino en este caso a Maimón Mojatar para más parecido de la plaza con Melilla. En este sentido no creemos que haya un sentimiento anticlerical en la copla. El autor, simplemente, hizo referencia a una figura árabe que en dicha guerra tuvo cierto predicamento en España y que fue hecho preso en la propia Melilla[8].

Sin embargo, esta mirada amable hacia la escultura y lo que representaba, conforme comience el siglo XX, los comparsistas la irán cambiando.

Plaza de Maimón Mojatar. La Ilustración Ibérica, 1894