Con la licencia del lector y su comprensión, sin que sea más allá de una única vez y sin que sirva de precedente necesariamente para sucesivas ocasiones.
Cuerpo místico, bendito Sacramento,
pan de vida que alimenta el corazón,
que con verte, mi mirada es oración
y custodia son mis ojos de tu cuerpo.
Luminaria celestial envuelta en brumas,
neblina que disipas como el sol,
destello que no tiene parangón,
estrella, noche y día, sol y luna.
Santísimo misterio revelado,
regalo preciosísimo de Dios,
milagro como no puede haber dos
y alimento que del cielo se ha bajado.
Que no tengo, Señor mío sacramentado,
esmeraldas que rodeen tu mismo cuerpo
ni oro fino que te proteja del viento
ni otras joyas que reluzcan a tu lado.
Que no tengo, Jesús mío, qué ofrecerte,
que no tengo ni apenas mis dos manos,
que si mías, no son tuyas, soy esclavo
y si tuyas son más mías y es mi suerte.
Que por no tener no tengo nada más
que mi vida para ponerte a tus plantas,
que por Ti y no por mí será más santa
que por mí y no por Ti es más banal.
Maná renacido entre unas manos
que transformas en tus manos por amor,
sacramento de la vida, dulce unción,
agua viva y bálsamo sagrado.
De hambre saciada en tu presencia,
de sed que la calmas sin igual,
cuerpo santo de Cristo que se da
y derrama sobre el pan su misma esencia.
De lánguido pesar en la distancia,
de álgido latido si está cerca,
de plácido consuelo, hostia eterna
que queriendo y sin querer al hombre sacias.
Alimento verdadero para el alma,
aire puro que nos trae la vida nueva,
agua viva, manantial, fuente que riega,
dulce ungüento que cura cada llaga.
Que se doblen en el cielo y en la tierra
las rodillas, que Dios mismo es el que pasa,
el que asoma a las ventanas de las casas
y el que muestra a cada hombre su grandeza.
Que se bajen los ángeles del cielo,
querubines, serafines van volando
y la Gloria de Dios mismo van cantando
y elevando mil plegarias en su vuelo.
Que se toquen celestes sinfonías
y campanas repiquen por doquier,
que es más dulce que el azúcar y la miel
el sabor de Cristo hecho Eucaristía.
Viático que da la vida eterna,
memorial de Cristo en su pasión,
talismán, prenda de salvación,
sacrificio de Cristo, fiel entrega.
Danos siempre de comer tu mismo pan
con el alma limpia y preparada
que así encuentres en ella, tu morada
y el refugio que guarde de todo mal.
Sin comentarios por ahora.