Anticlericalismo y Carnaval: la estatua de Silos Moreno (y II)

Fallecía Fermín Salvochea en Cádiz en 1907. Quedaba huérfana la clase obrera gaditana. A partir del carnaval del año siguiente comenzaron a escribirse coplas en su honor. Sin embargo no eran las primeras. Décadas atrás ya se le había cantado en alguna ocasión[1].

Retrato de Fermín Salvochea realizado por Federico Godoy en 1931

Retrato de Fermín Salvochea realizado por Federico Godoy en 1931

Con el paso de los años la reivindicación sobre su persona e ideas fue tergiversándose hacia la posibilidad de dedicarle un monumento. Este hecho no fue cuestión baladí. Coincidía con la inauguración de otros monumentos dedicados a próceres hijos de la burguesía gaditana como el del Marqués de Comillas en la Alameda. Así los escribieron Manuel López Cañamaque para “Los guardianes montaraces” o Manuel León de Juan para “La murga árabe”, ambas de 1923[2].

Son los años de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y muchos centros obreros y sindicales de corte anarquista son clausurados. La reivindicación sobre la figura de Salvochea tiene que conformarse con una sencilla lápida que se coloca a los pies del nicho del revolucionario que dice así:

A petición de la Agrupación Socialista y elementos radicales de esta ciudad, el Ayuntamiento de 1925 acordó conceder a perpetuidad esta sepultura.

Lápida de Fermín Salvochea en el Cementerio de San José de Cádiz

Lápida de Fermín Salvochea en el Cementerio de San José de Cádiz

 Con la llegada de la II República caerá gran parte de la censura que imperaba cada año sobre las coplas de carnaval. Y es entonces, como de la noche al día, cuando los autores de la fiesta fijarán su mirada sobre el monumento religioso de bronce más importante de la ciudad. Nos referimos a la ya comentada estatua dedicada a Fray Domingo de Silos Moreno. Dicha observación no pensamos que fuera espontánea. Las ideas anticlericales en nuestro país se venían fraguando desde décadas atrás. Muy posiblemente a inicio de los año 30 tendrían las agrupaciones más libertad para expresar sus cantes. Saliendo a florecer ideas como las que en breve veremos.

 El comparsista Antonio Mestre Pulido (a) El Mestre recordó hace años el siguiente cuplé, que no logró pasar la censura gubernamental, de la chirigota de Cañamaque “Los amos de Cádiz” de 1933. En la copla se criticaba el catolicismo imperante en la sociedad de aquellos años donde lo importante se basaba en guardar las buenas apariencias, dando de lado a las grandes desigualdades sociales que se arrastraban en el país. Prevaleciendo el mantener las diferencias de clase a buscar posibles soluciones para la abandonada clase obrera:

Se ven señoras tan beáticas

que sobre el pecho llevan imáganes:

Mártir del Golgota,

mira que hipócritas

y así se creen que son arcángeles.

Y esos alardes de cristianismo

son más hermosos

si se practican por uno mismo.

Con buena mesa y con dinero

somos nosotros

los más cristianos del mundo entero[3].

De esta manera serán variadas las coplas de carnaval las que continúen solicitando un monumento para Fermín Salvochea, como se venía solicitando una década antes, con la salvedad de que fuera construido a cambio de la de Silos Moreno. O dicho de otra manera. Colocar una nueva estatua donde estaba el vetusto monumento eclesiástico. Así lo hicieron por ejemplo Juan Poce Gómez para “Los iris carnavalescos” o Juan Ruiz Quintero para “Los obreros en paro forzoso”, ambas de 1933. Y de esta manera lo escribió Manolo León y lo interpretaron “Los piratas de Singapure” en 1934:

Quedamos nosotros asombrados

cuando llegamos a esta gran tierra

y vi tal alegría que ella encierra,

como va progresando esta culta población,

tiene jardines, bellos paseos,

varios edificios todos modernos

se ve por día la variación

que va teniendo la población.

De todos los monumentos

tan sólo se pué (sic) apreciar

el de las Cortes de Cádiz,

principio de Libertad.

Pero parece una ofensa

para este pueblo ideal.

No (sic) referimos a la reforma

de nuestra Plaza de la Catedral

porque le falta a dicha plaza,

lo pide toda la capital,

poner en el centro en vez de Silos Moreno

a Salvochea mártir de la libertad.

Agrupación carnavalesca 'Los piratas de Singapore' de 1934. Colección de Francisco Javier Camacho Ortega

Agrupación carnavalesca ‘Los piratas de Singapore’ de 1934. Colección de Francisco Javier Camacho Ortega

Otra copla que nos llama la atención es el siguiente tango de 1934 de “Los caballeros del siglo XVI”. La plaza de la Catedral, como acabamos de ver, venía sufriendo una nueva remodelación y lucía una nueva fisonomía. Empero, indicaban los comparsistas, la antigua estatua de Silos Moreno se había mantenido y ellos proponían una nueva estatua más acorde con los ideales progresistas:

Que cosa más grandiosa hoy de admirar

esa plaza tan bonita, que le llamamos, la Catedral.

Ochos parterres tiene, muy superior

y un grandioso pavimento

estilo de New York,

ya no tiene el parecido

hacia aquella morería,

cuatro cienta mil pesetas

llevan gastado

en arreglar los jardines y el asfaltado,

cuando llegan los turistas a esta ciudad

sacan millares de fotos

de esta obra colosal.

Pero al llegar los rincones

el dinero se acabó

y de adoquines partidos

el relleno terminó

cuando pase un poco tiempo

y aquello se empiece a hundir

igual que el que coge lapas

hay que pasar por allí.

Para que esté

todo lo que hay nuevo

hay que quitar

a Don Silos Moreno

y colocar de perfil

a Don Diego Corrientes

en medio de un jardín[4].

Retrato de Diego Corrientes

Retrato de Diego Corrientes

 Si bien en este caso no se usa la figura de Fermín Salvochea aparece el nombre de Diego Corrientes. Quizás hoy día a muchos no les suene dicho personaje. Pero entendemos que a inicios de los años 30 la fama de este bandolero de la segunda mitad del siglo XVIII era bien conocida por el pueblo de Cádiz. En la localidad sevillana de Utrera nació Corrientes convirtiéndose desde muy joven en un bandolero que, según la tradición popular, robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Fue ajusticiado en lugar público de su pueblo tras ser apresado en Portugal. Su figura en el imaginario popular sobrevivió hasta el siglo XX. El cine hizo el resto. En 1931 se proyectaba en Cádiz la película “Diego Corrientes” que había sido filmada, y estrenada con gran éxito, en 1924. Los gaditanos pudieron volver a verla en 1932[5]. Por lo tanto, aunque en distinta representación, se venía a indicar en las coplas que el pueblo no quería un homenaje perpetuo para un representante de las altas capas sociales. Solicitaban, en forma de copla de carnaval, un lugar para alguno de sus iconos sociales.

Cartel de la película 'Diego Corrientes' filmada en 1936.

Cartel de la película ‘Diego Corrientes’ filmada en 1936.

 

Con la victoria del Frente Popular en la elecciones de febrero de 1936 las exigencias para el derribo de la estatua de Silos Moreno se acrecentarían. Incluso se tiene constancia de que grupos de gaditanos intentaron por su cuenta derribarla sin éxito[6]. El ayuntamiento solicitó entonces al Cabildo Eclesiástico que la retirara al interior de la Catedral. Con la llegada de los concejales del Partido Comunista -Juan Camerino Benítez y Florentino Oitaben Corona-, se presentó un proyecto de derribo que fue aprobado en pleno. Este acontecimiento fue esgrimido por la prensa conservadora de la ciudad para lanzar duras críticas sobre la acción[7]. Pero no quedaba ahí el proyecto. Los concejales comunistas del ayuntamiento solicitaron la fundición de la estatua, para y como reclamaban desde años antes las coplas en carnaval, se hiciera una a Fermín Salvochea. Además esta se colocaría “en el balcón central del ayuntamiento, bajo el arco que forma la cancela central, cubierta esta con un velo rojo que le sirva de dosel y que deberá colocarse de forma que pueda contemplarse a plenitud desde la Plaza de la República”. Todavía quedan algunos venerables gaditanos que recuerdan como se desmontó la estatua de Silos Moreno a inicios de julio de 1936 siendo trasladada en un camión hasta los almacenes municipales. Como indicábamos en la primera parte del artículo pocos días después de aquel verano de 1936 fue al traste dicho proyecto.

 

* * *

En 1988 se reformaba, una vez más, la Plaza de la Catedral Nueva de Cádiz. Desaparecía así todo el conglomerado de vehículos que aparcaban a lo largo y ancho de la misma. Se ganaba para la ciudadanía un espacio de esparcimiento. Y, además, quedaba zanjada una antigua discusión de los gaditanos: la estatua de Fray Domingo de Silos Moreno y su ubicación. Del centro de la plaza fue llevada a la pequeña plazuela que existe a los pies de la torre de Levante, en la cual desemboca el Callejón de los Piratas, donde todavía hoy podemos apreciarla.


[6] GUILLOTO GONZÁLEZ, F. Cinco años de la Historia de Cádiz (1936-1940), Cátedra Adolfo de Castro, Cádiz 1988. Págs. 14 y 15.

[7] Diario de Cádiz, 5 de julio de 1936.


[1] En MORENO TELLO, S. “En boca del pueblo: la reivindicación perdida sobre Salvochea en el Carnaval”. En MATO ORTEGA, J. M. y MORENO TELLO, S. (Coords.). Fermín Salvochea (1842-1907): Historia de un Internacionalista. Vol. II. Diputación Provincial de Cádiz, Cádiz, 2009. Pág. 82.

[2] MARISCAL CARLOS, E. “Fermín Salvochea en las letras del carnaval de Cádiz”. En VV. AA. Actas del VII Congreso del Carnaval. Fundación Gaditana del Carnaval. Cádiz, 1996. Págs. 120-124.

[3] ACEDO SACALUGA, A. y VAZQUEZ ARAGON, J. Gentes del Carnaval. Conversaciones con los viejos comparsistas. Caja de Ahorros de Jerez. Jerez, 1985. Pág. 27.

[4] MARTINEZ, E. y RAGEL, J. Los caballeros del siglo XVI. Carnaval 1934.

[5] AMAR RODRIGUEZ, V. M. El cine en Cádiz en tiempos de la II República Española. Universidad de Cádiz. Cádiz, 1997. Págs. 101 y 114.

avatar

Para estar siempre informado

Puedes conectar con Universo Gaditano y seguir siempre informado desde nuestros diferentes servicios web.

Sin comentarios por ahora.

Deja un comentario